Como es sabido, para correr hay que estar en forma, pero hacer dietas estrictas nunca es una buena idea. Si el objetivo también es adelgazar, ser drástico también puede provocar el fracaso de la propia dieta y no dar la oportunidad de apreciar los resultados. Aquí tienes los errores más comunes que debes evitar en tu dieta:
1- Saltarse las comidas. En un esfuerzo por mantener la ingesta de calorías al mínimo, algunos pueden pensar que saltarse una comida o dos es lo mejor que pueden hacer. Sin embargo, por el contrario, la falta de comidas provoca una ralentización del metabolismo y también conlleva a comer más una vez sentado a la mesa. Lo mejor es elegir comidas normales y comer antes de tener completamente hambre.
2- Nunca sientes hambre. Si es cierto que “timing” las comidas es uno de los pilares de una dieta saludable, también lo es que está bien sentir hambre, siempre que no se vuelvan intensas (ver punto 1). De hecho, sentir un hambre moderada indica que tu metabolismo está funcionando correctamente. Por eso, si tras 4 o 5 horas de una comida saludable no te queda un poco de hambre, intenta reducir las raciones.
3- Sigue siempre negando (y luego cediendo por completo). Seguir una dieta específica es útil, pero no todo el mundo tiene la fuerza de voluntad para eliminar por completo un alimento, especialmente si es un alimento que le encanta. En realidad, negarse a sí mismo algo que cree que necesita, como los dulces, puede aumentar la probabilidad de que se dé un atracón de ellos. Si te encuentras en este caso, intenta reducir el apetito con un postre, quizás de cereales integrales, y afronta el día con comidas ricas en hidratos de carbono que te aporten toda la energía que necesitas.
4- Comer sin equilibrio. Incluso si comes sano, es posible que no veas resultados por otras razones. Por ejemplo, algunos alimentos ricos en grasas saludables y fibras como los frutos secos y los aguacates pueden llevar a un consumo masivo de estos alimentos, sin tener en cuenta, eso sí, que también son ricos en calorías. Por lo tanto, no deberías comer un aguacate en cada comida. Así que encuentre el equilibrio adecuado entre calorías y nutrientes prestando atención a las porciones.
5- No pienses en lo que estás bebiendo.. Los zumos de frutas, los refrescos y las copas de vino pueden añadir cientos de calorías al día. Así que asegúrese de incluir también en su dieta lo que bebe, eliminando las calorías innecesarias (o incluso las bebidas «sin calorías», que a menudo son incluso más dañinas si se toman en grandes cantidades). Evidentemente no hay que dejar de beberlos, pero sí hacerlo con cuidado.
6- Solo cuenta las calorias. Hablando de calorías, si por un lado es importante mantenerlas bajo control, especialmente si el objetivo es perder peso, por otro lado centrarse sólo en este aspecto puede llevar al fracaso. Muchos programas dietéticos se basan únicamente en una evaluación «superficial» de los alimentos, considerándolos únicamente en función del número científico de calorías, gramos de carbohidratos y proteínas que contienen. En cambio, también debemos prestar atención a la forma en que está compuesto el alimento en sí: debe ser fresco, saludable y natural. La ventaja pasa así a poder comer mucho más, eliminando prácticamente aquellos alimentos grasos, fritos o enlatados.