Muchas veces empezamos a correr para adelgazar pero cuando los kilos de más son realmente demasiado y por eso cuando se trata de obesidad se recomienda intentar adelgazar incluso antes de empezar a correr. Esto se debe a que las personas obesas generalmente tienen ligamentos bastante débiles y por tanto las articulaciones de las piernas y las rodillas sienten la carga al final de la fase de vuelo. Estas tensiones pueden dar lugar a problemas importantes.
Pero correr, por otro lado, es una de las formas más efectivas de perder peso. Un buen compromiso podría ser este: aquellos que son gordos pero no demasiado gordos y tienen músculos y ligamentos fuertes pueden comenzar con caminatas rápidas y gimnasia acompañadas de una dieta adelgazante (no demasiado rígida) y luego pueden comenzar a correr después de unas semanas. Cuando los kilos de más son muchos: treinta, cuarenta o incluso más, entonces antes de correr lo mejor es optar por una dieta acompañada de deportes que no sometan a un estrés fuerte a los miembros inferiores (como la natación, por ejemplo).
En todos los casos, aunque el futuro corredor tenga un peso perfecto, es buena idea seguir una correcta progresión en la intensidad de los esfuerzos. Inicialmente es buena idea ir a hacer gimnasia, es decir ir preparando el cuerpo poco a poco. pequeño. Eso sí, a menos que seas muy joven (menos de veinte años) o que ya hayas practicado otra actividad deportiva donde el esfuerzo sea prolongado.
La actividad preparatoria sirve para evitar el peligro de someter al cuerpo a un estrés excesivo. Un estrés que va más allá de los dolores musculares y articulares de los siguientes días. Durante la carrera, el cuerpo se ve sometido a un desafío que, medido en oxígeno, requiere al menos 25-30 mililitros de oxígeno por cada minuto y por cada kilogramo de peso corporal. Mucho trabajo para el corazón que, para el individuo entrenado y sano, no es gravoso pero que, por el contrario, para quien no está entrenado o no está en buenas condiciones puede resultar muy gravoso. Por este motivo es bueno empezar caminando y haciendo gimnasia. Caminar sobre terreno llano utiliza mucho menos oxígeno que trotar.
El número de sesiones de gimnasio y paseos preparatorios para correr debe ser directamente proporcional a todos aquellos factores que predisponen a enfermedades cardiovasculares, factores como el tabaquismo, el exceso de peso, la diabetes, el colesterol, etc. Por tanto, la preparación para la carrera puede variar desde unas pocas semanas, para quienes tienen algunos kilos de más, hasta unos meses (incluso 4) para quienes tienen más de cincuenta años o diversos factores que predisponen a las enfermedades cardiovasculares. La marcha también debe ser gradual. Es una buena idea comenzar caminando lentamente y en terreno plano y luego pasar a caminatas más sostenidas y subidas que definitivamente requieren más compromiso. Empezamos con 15 minutos, aumentando de vez en cuando 5-10 minutos hasta llegar a la hora. Cuando hayas conseguido este primer objetivo, podrás empezar a aumentar el ritmo poco a poco.
Una forma de entrenar los miembros inferiores es la gimnasia. Dos ejercicios muy eficaces a este respecto son correr sobre el terreno, que se puede realizar todas las mañanas inicialmente durante 15 segundos a dos o tres minutos consecutivos en secuencias de 2, y saltar sobre el terreno.
Después de la gimnasia preparatoria y los paseos previos a la carrera, con posibles dietas asociadas, por fin podrás empezar a correr. Aun así, la gradualidad está a la orden del día. Se puede empezar con unos pocos metros (350-1.800 según edad y condición física cardiovascular) a baja velocidad en pistas llanas, aumentando 1/3 metros en cada salida.
Siguiendo pacientemente todas las reglas y usando el sentido común, correr como medio para perder peso es sin duda uno de los métodos más eficaces.